"Hasta que llegaste, costó un poco pero llegaste. Fuiste la primera flor de una primavera que aún no comienza, capricho de la naturaleza que pone en nuestras manos la responsabilidad del peso de todo un mundo repartido en tu cuerpecito tibio y que aún parece tiritar de vida.
Llegaste libre a pesar de que no puedes mucho por tu cuenta todavía, acaso sólo respirar; a pesar de eso, desde ya eres libre, no lo olvides nunca.
Tal como cuando llegó tu madre, algo cambió en cada uno de nosotros. Ella fue el centro de un hogar tal como lo serás tú (como ya lo eres) y eso en algún momento de tu vida creo que te servirá, cuando la adversidad y los malos ratos nos hacen creer que estamos solos e incomprendidos.
Desde entonces, cada uno de nosotros hemos pasado ya por tantas cosas y pareciera que la vida nos mantiene dispersos. Es cierto, llegas a una casa casi vacía a veces, con hijos y nietos que van y vienen, que crecen y parecen alejarse con esa siempre falsa seguridad que proyectamos al salir de la casa de los padres, porque quizás lo único seguro que conocemos y en lo que creemos ahora pueda ser a partir de tu presencia, tú que sin saber me enseñas de las cosas que verdaderamente importan en la vida.
Algunos como yo estaremos lejos pero no te preocupes, las distancias en definitiva las pone el desamor y yo no sé porque te quiero tanto aunque ni siquiera te conozco, aun no he visto tus verdaderos ojos ni he sentido ese olor a flor recién cortada que debes proyectas, pero daría lo que fuera a ratos por estar ahí para tocarte y verte reir como dicen que ries cuando duermes.
Llegaste y como es lógico, lejos de mi, aprenderé entonces a conocerte por relato, viendo fotos, escuchándote llorar por el teléfono, haciendo como desde hace tanto, de cada vacación algo bello y terrible, porque tengo que partir y será aquello como un injusto castigo por alejarme y querer hacer las cosas como el corazón manda, pero aprenderás también que esa es la única manera de hacer las cosas bien, con el corazón; así que eso tampoco debes olvidarlo nunca.
No te veré crecer a diario, pero algunas de las muchas sombras que te acompañarán será la mía, búscame en la luz seminal que proyecta la risa y también en el fondo de tus ojos apretados cuando necesites sacar el llanto; estaré en el amor y la humildad, en la música, los libros y las fotografías; en el mar abierto y sin límites, como el cariño extendido de una mesa familiar llena en día de domingo. Búscame donde creas que exista y se merezca la paz, ahí estaré para encontrarte y arrullarte aunque tengas mil años y todo sea ya eternidad sin distancias, pequeño caracolito, algodoncito marino, capullito que se abre, presencia todavía pura y libre de verdad, casi mía y de nadie, ni siquiera tienes todavía un nombre pero ya tienes todo mi amor y mi palabra.
Cuida siempre mucho a tu familia, esa raíz por la que siempre estarás atada a la tierra.
Por ahora no es mucho más lo que se puede decir o hacer, solo contemplarte como a una nueva luna que crece, y esperar.
La Serena 20 de agosto de 2010"
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Hoy se cumplen 4 añitos de esto y todo sigue siendo exactamente igual o mejor. Feliz día sobrinita hermosa, sobredosis de gracia e inteligencia, regalona con post grado, gracias x hacer de este mundo algo mucho mejor con tu llegada. Te amo chiquita. Voy contigo
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