No sólo de mineros atrapados y rescatados vive la Región de Atacama. Hace algunas semanas, en plena expectación por el caso de la Mina San José, apagamos la televisión, pescamos la cámara y partimos con Pilar, Catalina, Mara, Antonio y otra vez mi súper amiga Sharon, en un viaje express hacia el encuentro de naturaleza, contaminación, caletas abandonadas y desiertos floridos; todo a menos de 200 kilómetros del centro neurálgico informativo del mundo.

La pequeña y tranquila ciudad de Huasco, le pelea a Andacollo el título del "Springfield chileno", por la nociva manera cómo conviven sus ciudadanos con los gases contaminantes que emiten empresas instaladas muy cerca del centro urbano. La pelea va codo a codo, y mientras Andacollo convive con 2 mineras; Huasco hace lo propio pero con Centrales Termoeléctricas.

Las fumaroles se ven todo el día desde la ciudad y es como una especie de macabra firma en la esquina del bello cuadro que después de todo intenta seguir siendo este lugar. donde la naturaleza continúa su lucha en algunos rincones, es en esos rincones donde fueron tomadas estas fotografías.

Y no se bien por qué razón me cautivaron tanto los caballos de este lugar, sin nada que los hiciera distintos del resto de los caballos del mundo, salvo por la paz y la vida que me transmitieron en ese momento, porque en su silenciosa manera me invitaban a contemplar y compartir, que Huasco la está pasando mal, pero resiste.

*Como siempre, hacer click en las imágenes para ampliarlas.






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