Anoche regresé muy tarde del trabajo, agotado. La casa dormía. Todos los días miro las fotos de todos nosotros subiendo la escalera pero me detuve un rato en la tuya. Es la imagen de un paseo luego de tu primer baño al llegar a esta casa, estabas blanquísima y brillabas luego de sacarte toda la calle y el abandono. Anoche finalmente soñé contigo, hace tiempo que no lo hacía y ahí estábamos por supuesto en la playa corriendo libres como tanto te gustaba hacerlo. Se reía la Marita, la Cata nos tomaba fotos y Pilar insistía en que corriéramos hace el mar para que nadaras. Todo seguía exactamente igual y en su lugar, como debía ser y fue en tantas jornadas. Ayer corrí contigo una vez sólo más para sacarme un agotador día de encima. Ahora lo sé porque recuerdo lo bien que siempre nos hiciste. Dormí apenas un par de horas pero desperté feliz, con energía, escribiendo esto, pensando en ti, alegre y linda compañera, por donde quiera que corra ahora tu alma, siempre cerca de nosotros.
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