Chile, el Jaguar de Sudamérica en lo económico se convierte, en lo moral, en un triste dinosaurio dormid. Su cavernario acercamiento legal y discursivo en torno al consumo de drogas no es sólo vergonzoso, sino además profundamente violento y discriminador, pernicioso en casi todos los aspectos, incluso en lo económico, al adherirse el Estado a una guerra (otra más impulsada por los EE.UU) que ha costado millones y millones a nuestros bolsillos y frente a la cual no ha podido ganar una sola batalla hasta ahora, por supuesto que no lo hará tampoco en el futuro, aquella aseveración proviene del más básico sentido común.

La reciente detención de Alvaro López y Manuel Lagos por tenencia de marihuana abre nuevamente el show televisivo y policial, eso es lo malo de siempre. Lo bueno es que al menos por un momento se abre también el debate en torno al consumo de drogas y hasta en los matinales (que ocupan la mañana entera de la televisión abierta) cambian los despachos con modelos por doctores que hablan de los pro y los contra del asunto con todos poniendo unas caras de lo más serio.

Es claro, sólo un pequeño paréntesis (hoy es López, ayer fue Mateluna) y al pasar los días vuelve a ocupar agenda alguna nueva foto de Valentina Roth en pelotas mientras que el debate retrocede a su habitual normalidad, es decir, a cero; y a una realidad donde el consumidor de una droga determinada no sólo es discriminado por la sociedad, sino además perseguido y juzgado por el Estado, arriesgando sanciones penales como si de un delincuente se tratase.

En un país como Chile incluso el sólo hecho de hablar a favor del consumo de drogas te convierte en un sospechoso consumidor, y tus argumentos se vuelven una apología al consumo de éstas. Una lata! Como hablar mal de la derecha te hace de izquierda y hablar mal de ambas te hace ser concerta y viceversa para todos los lados. Qué horror de enredo y falta de amplitud de miras.

No invito a nadie a consumir nada, de hecho la única droga que consumo es alcohol (una droga legal que me parece hace más mucho daño que algunas ilegales); lo que sí propongo es que respeten el derecho de los consumidores. Por qué? Porque estamos en el siglo XXI y fundamentalmente porque la libertad individual y la tolerancia alimentan de manera sustancia la sangre de cualquier democracia.

El tema da para mucho, el nivel argumentativo al respecto es muy pero muy bajo atrasado y hay tanto que decir que lo mejor será proceder con ideas sueltas y (hay que admitirlo) más viejas que caerse de poto. No estoy aquí descubriendo ninguna pólvora y mucho de esto es sentido común tan básico que fuera de estos puntos aparecerán un millón más si levanta usted la piedra del velo informativo y represor.

Vamos con ellas, por cierto el orden de los factores no altera el producto.

Un modelo bipolar
Chile, el más aventajado de los alumnos neoliberales de la región, es al mismo tiempo uno de los más porros en materia moral. El liberalismo se acaba con candado cuando transgrede el ámbito económico. Los derechos de los homosexuales, el aborto y por supuesto el consumo de drogas, entre otros, son temas aún en debate parlamentario, lo que para nuestra realidad puede significar prácticamente la nada misma. Tuvo que morir a golpes Daniel Zamudo para apurar una ley de no discriminación y todavía espera un acuerdo de vida en pareja que más bien es un premio de consuelo frente al matrimonio homosexual. Nuestra ley 20000 es inversamente proporcional a su número en años en cuanto a modernidad se refiere.

Esquizofrenia legal
En Chile está permitido consumir Marihuana pero no se puede plantar ni comprar ni aceptar por regalo, todas las formas te sindican como traficante. Cómo va a estar permitido consumir algo que no se puede obtener de ninguna forma? No hay cabeza que lo resista ni vergüenza que lo supere. Para colmo, se puede fumar en solitario pero si lo haces con gente también está prohibido! Para de gozar

Conservadores, hipócritas y contenidos
Es el chileno medio un tipo conservador o cuando menos “contenido”. El miedo al desborde acorrala a nuestra identidad y por ello preferimos callar y seguir lo políticamente correcto. A pesar de que privadamente nos hemos ido descartuchando poco a poco, socialmente seguimos rindiéndole pleitesía al Manual de Carreño y las buenas costumbres. Entonces un consumidor de drogas ilegales rara vez reconoce en público sus gustos, no lo comparte ni discute y menos aún se va a movilizar por su derecho a hacerlo; obviamente teme a la sanción social y por supuesto a la penal. De cambiar esta tendencia una marcha a favor de la despenalización de la marihuana sería el doble o quizás hasta el triple de lo numerosa que son hasta ahora. Vicios privados, virtudes públicas, también en Chile, luego de 200 años.

Discriminas tú, me estigmatizo yo
Un saludo a Sol y Lluvia. De un juego de palabras con una de sus letras emblemáticas trazo un simple mapa de discriminación entre los consumidores de drogas en nuestro país: quien consume cocaína es discriminado por el que consume marihuana quien a su vez es discriminado por el que consume alcohol o cigarrillo, quien a su vez es discriminado por quien no consume y nada y considera que es de lo peor de lo peor tomarse un trago o tirarse un puchito. Y todos ellos juntos son caricaturizados y discriminados (pero insisto, más los que consumen drogas ilegales) como adictos incorregibles con irreparables problemas conductuales sociales. Una discriminación replicada culturalmente pero nacida en el seno mismo de nuestra ilegítima Constitución con leyes tan desmedidas que Dracon de Tesalia palidecería.

Drogas legales, drogas ilegales
Cuando se habla del problema de las drogas en chile comúnmente se refiere sólo a las que no están permitidas bajo legislatura. Sin embargo, en nuestro país hay más drogas legales que ilegales en circulación, tanto en cantidad como en diversidad. Las farmacias, con un crecimiento exponencial en los últimos años,  de 1 a 2 por cruce de calles, se encargan de la mayoría de ellas, otro buen poco las botillerías, los almacenes con venta de cigarrillos hacen el resto.  Todos los productos que ud. encuentra en esos locales son reconocidas por drogas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), quiere más? El café y el té también lo son. El destacado sitio erowid.org reconoce un montón que ud no imagina.

Ahora hablemos nuevamente, me dijo ud que no consume drogas en su vida? Ahh  pero éstas son menos peligrosas ? por favor siga leyendo

Peligros legales, remedios prohibidos
A fines del 2012, el Dr.Hector Ducci señaló que una de cada 10 muertes en Chile era producida por el alcohol. Del tabaco ni hablar, al 2012 según la OMS, era el segundo causante de muertes a nivel mundial después de la hipertensión arterial. Sabe ud cuánta gente muere por consumo de marihuana en Chile al año? No hace falta un solo dedo de la mano para contar. Pregunte también por la cocaína, el éxtasis, el LSD o el Hachís en el mundo y le aseguro que deben ser tan bajos que el alcohol y el cigarrillo serían la segunda guerra mundial.

Yo le pregunto a ud ahora, por qué la marihuana es ilegal y peligrosa si frente a la misma estadística su resultado es 0 ?

Y otra más, algún doctor ha pensado utilizar el cigarrillo o el alcohol para tratar enfermedades como sí se viene haciendo con la cannabis en otros países del mundo debido a sus encontradas propiedades terapéuticas?

Consumo versus adicción
Ayer no más el pre candidato presidencial Pablo Longueira, preguntado por despenalizar el autocultivo de Cannabis, se mandaba en televisión declaraciones del tipo “no estoy a favor porque las clases populares sufrirán el aumento de las adicciones”. Además de discriminador (los pobres son más drogos que el tresto) este razonamiento responde con manzanas cuando se está hablando de peras, o es que acaso el consumir una droga te convierte inmediatamente en un adicto? Que insensatez pensar que una copa de vino al almuerzo te vuelve un alcohólico.

Circos televisivos y policiales
De las policías lo espero, no me sorprende, es su negocio aprehender a alguien con publicidad para demostrar falsamente que en Chile se está ganando, la guerra contra las drogas. Pero los noticiarios avalan esta práctica asistiendo a sus llamados para participar del show cuando la aprehensión de un consumidor. El conservadurismo de la mayoría de los Medios hace culpable al imputado al descontextualizar desde la “objetividad”, o sea, repitiendo como loro la información entregada por la Policía en cuanto a cantidad y circunstancias y mostrando a un batallón de fuerzas especiales como si se tratara de la detención de Al Capone.

La tibieza de lo terapéutico
Como Chile es un país en la medida de lo posible, lo moral se negocia, entonces al hablar de aborto o de drogas hay que siempre partir el “debate” complementando con el adjetivo “terapéutico” para que lo sectores más conservadores (más aun!) enganchen. Es como meter la puntita, dicen los defensores de esta estrategia, pero aun así hasta ahora sólo han recibido de vuelta el tremendo pico en el ojo.

La tibieza parlamentaria
Salvo muy contadas excepciones, los encargados de modificar el cuerpo legal de nuestro país, los honorables parlamentarios de la República, no se caracterizan por tener los pantalones y las faldas bien puestas al momento de entregar su opinión respecto del tema drogas. Dos frases son las que ahora detesto gracias a ellos: “soy partidario de que se debata”, lo que en la práctica no quiere decir absolutamente nada. Pero existe una peor: “el país no está preparado aún para estos temas”; es este el más absurdo argumento que he escuchado en mi vidas de parte de un político y ojo que sirve como comodín para muchos temas de índole valórico.  Si fuera por este tipo de parlamentarios las mujeres todavía no podrían votar ni los negros serían tratados como humanos. La desobediencia legal es un deber cívico cuando la población es violentada en sus derechos por la Constitución.

Las penas del infierno cayeron sobre el Senador Fulvio Rossi cuando reconoció que consumía marihuana. Porque en Chile, si un parlamentario se fumó un pito fue en la Universidad, hace mil años, se sintió muy mal y por supuesto no lo volvería a hacer nunca más y "por eso está en contra de la drogas", aunque con alcohol se cure como tagua cuando se le venga la regalada gana.

Hasta cuándo con la Marihuana?
Tan redundante que se vuelve una lata volver sobre esto. Estudios en todo el mundo han certificado la inocuidad del consumo de esta milenaria planta, de sus múltiples usos terapéuticos e incluso de la cantidad de productos que pueden resultar tras su manufacturación. Soy un convencido de que la mayoría de las drogas debieran ser despenalizadas en Chile, pero que todavía la marihuana integre la lista negra es una vergüenza nacional. Más daño hace la programación de Mega.

La tibieza de hablar sólo de la marihuana
( o un cuchillo sirve para salvar una vida o para acabar con ella)
Es en este artículo donde habitualmente se presentan las convergencias con algunos amigos marihuaneros para quienes la libertad de consumo sólo debiera beneficiarlos a ellos. El por qué separan las consecuencias del consumo de esta planta de otras drogas es nuevamente fijar el punto en la droga misma y no en la persona que la consume. Basta de hipocresías, nos drogamos descaradamente y sin ningún tipo de resguardo médico con productos farmacéuticos, nos tomamos un copete piola a la hora del Happy Hour, pero consumir cocaína esporádicamente sigue siendo un pecado, o tomarse un ácido o un buen san pedro. Una misma sustancia puede servir como remedio o veneno según su dosis. Figura aquello en la sabiduría ancestral de cualquier tratado de medicina.

Educación antes que represión
Miles de personas mueren al año en Chile en accidentes automovilísticos y no por eso se van a prohibir los automóviles. Pero sí hay campañas para promover la conducción responsable. Las drogas también se pueden conducir, y tal como un auto, usted puede elegir manejarlo hasta los 70 o hasta los 140 k/h, con los consiguientes riesgos, porque a esa velocidad ya no hay control de nada, uno cree que controla el vehículo y se siente la raja, pero en la práctica estamos a un pelo siempre de irnos al carajo. El problema es el auto o el exceso de velocidad? el problemas es la droga o su alto consumo?

Los programas de Reducción de Daños son tan famosos como antiguos en varios países del mundo. Concientes de que la población no dejará de consumir drogas aun cuando una ley se lo prohíba, se opta por educar en torno a los riesgos que conlleva su consumo pero no superpone la represión de facto. Y la prevención no se realiza mostrando a un enfermo hecho bolsa en las cajetillas como las burdas e inútiles campañas antitabaco, sino simplemente advirtiendo: si lo vas a hacer, asegúrate de esto y esto otro porque te puede ocurrir esto y aquello; no hay nada más qué hacer, tal y como las cajetillas lo decían antes de que apareciera la foto de Don José.

Y claro, no hay nada más qué hacer mientras las drogas culpables de (por lejos) la mayor cantidad de muertes en el mundo sean legales. No hay moral para prohibir ni exigir nada más. O es todo o es nada; y yo creo que de lejos la sociedad no va a elegir lo primero.

Ya se sabe, la prohibición del alcohol en los años ’20, fracasó estrepitosamente porque el mercado negro controlado por las mafias estaba matando más gente que el alcohol mismo. En la actualidad, México nos duele y nos va a seguir doliendo.  

La población quiere, necesita distractores. Algunos prefieren la televisión, otros el deporte, otros alguna droga, y otros todas las anteriores. Relativizar este argumento es relativizar la libertad.

Y si de algo sirven las leyes en materia de drogas, debiera ser para regular la calidad de éstas, educando, previniendo y protegiendo a la población que la consume y nunca, pero nunca, en una sociedad que aspira a la democracia, reprimirlas, porque aquel marco legal y (lo que es peor) sus parlamentarios levantan banderas por la intolerancia, el miedo, la brutalidad y la ignorancia frente a miles y miles de años de historia. 
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