Una película tiene alrededor de 350 planos. Concebir cada uno de ellos como una película en sí; la función centrípeda de una imagen. Una definición perfecta del cine de Raúl Ruiz realizada por él mismo al explicar una de sus tantas teorías.

Desde que comenzó filmando en Chile hace casi 40 años, Raúl o Raoul Ruiz (como firma en Francia) ha elaborado tantas películas como teorías. Son famosas sus disquisiciones como una extensión muchas veces más compleja que sus mismas imágenes incluso, imágenes que son palabras que volverán a ser imágenes. Ahí parte y llega todo. El cine como muchas películas dentro de una misma película.

Escritor y director de teatro y cine, ha publicado un par de libros y de su obra, sus conferencias y entrevistas se ha escrito otro tanto. Tiene en el cuerpo más de cien películas y muchísmimas más en su cabeza. Ruiz no para, ahora último le dio por hurguetear en Chile nuevamente, aunque él dice que todas sus películas, a su manera, tratan sobre Chile. Como sea “Cofralandes” (2003) y “Días de campo”(2005) prepararon acaso sin quererlo la llegada de “La recta Provincia” a la televisión abierta y próximamente, algunos cuentos de Blest Gana que serán también filmados. La agudeza y la imaginación de un hombre obsesionado con la chilenidad por no poder vivirla y padecerla, un casi completo desconocido en Chile, porque hace 34 años que vive en Francia y así es como entre los viajes que realiza aprovecha, entre otros tantos proyectos, de “juntarse a filmar con los amigos”, y de paso realizar algunos de los retratos fílmicos más delirantes y certeros de nuestra confusa identidad.

Desde sus primeras obras a fines de los sesenta, adelantadas e incomprensibles para un país que iría a embarcarse luego en una revolución socialista que le criticó su distancia y sarcasmo frente al proceso, a pesar de que él mismo era un socialista y filmó mucho por el Gobierno. Así provoca la obra de Ruiz. Apenas llegado a Francia sus “Diálogos exiliados” le ganaron la antipatía de los mismos que no se soportaban retratados no como héroes sino como unos tipos medios botados y que no hacían nada salvo matar las horas conversando..

Que el cine de Ruiz es complejo es algo tan obvio como majadero. La complacencia no ha estado nunca entre sus intereses, ni en el cine ni en la vida real. Su carácter esquivo es tan famoso como su buen humor o su gusto por la buena mesa y la conversa larga. Pero no sabemos gran cosa. El exilio lo borró del mapa y nada se supo de él hasta los premios que llegaban desde Europa, los homenajes en los Festivales y el número especial de Cahuieurs du Cienema a comienzo de los ´80. Hubo que esperar 20 años para ver “Palomita Blanca”. Raúl Ruiz pudo ser otra de las tantas desapariciones de la Dictadura. Hoy, con el auge de lo digital, es posible acceder a una obra que apenas se está abriendo y para la cual por cierto, hay que estar muy abierto.

PD: Mucho cuidado con mandarse las partes. En pleno auge de su figura Raul Ruiz es tironeado por el snobismo cultural de turno y exageradamente TVN colgó en el frontis de su edificio un lienzo gigante con su cara para promocionar “La recta provincia”. “Me siento como Mao” respondió Ruiz con cara de espanto. Peor aún, la pública ignorancia del conductor de CQC que enfadado porque Ruiz no le había pescado a sus noteros se mandó la frase “a quién le hay ganado?, yo fui al Blockbuster y no había ninguna película tuya” . Que país !

** Texto elaborado el 2007, a propósito del estreno de Raúl Ruiz en la televisión chilena luego de 15 años.
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