A mi querido hermano Ricardo, en el día de su cumpleaños número 33 y una imagen muy zaratustriana.
Ya que cumplió la edad, bajará o no finalmente del cerro (El Morro de Arica) ?

Se cumplen 33 como se cumplen 20 o 60, es cierto, perr hay edades icónicas: los 15 para la adolescencia, ahora los 18 antes los 21 para la adultez, los 40 (más para mujeres que para hombres, para los hombres son los 50), lo 27 para los rockeros (una buena edad para morir brusco y entrar en la historia); los 33 para los más cosmogónicos y filosóficos.

Qué de especial traen estos números impares, los que juntos forman otro número igualmente impar? Lo impar dicen es sinónimo de perfección para algunos, Para Pitágoras por ejemplo, era la cifra que contenía una virtud secreta digna de admiración y de estudio. Para Platón, el 3 era la imagen del Ser Supremo en sus 3 personalidades: la material, la espiritual y la ntelectual. Para Aristóteles determina la Unidad del Hombre y en su filosofía el 3 contiene en sí al principio, al medio y al fin.

Para el cristianismo, existe la santísima trinidad y los 33 es la edad a la que muere y resucita Jesús; por el otro extremo, a la misma edad baja del cerro Zaratustra para filosofar a martillazos. Incluso la infaltable presencia chilena en todo (ya se sabe: la bandera y el himno más lindo, el curanto más grande, etc. etc.) recuerda, para no quedarnos abajo de tan importamtes disquisiciones numerológicas, que 33 fueron los mineros rescatados y es sabida ya toda esa parafernalia tambièn numerológica y esotérica desrrollda a través de la mezcla y suma de diversas fechas y números relacionados con el accidente y que darían siempre como resultado el mismo 33.

Quiero creer, revisando sus propios dìgitos, que efectivamente esta será un número tambièn importante para él y de seguro lo será ya que a esta edad rendirá un importante examen profesional en abril del próximo año y dos meses antes de aquello entrará a una iglesia (sin hacer chistes) por primera vez en su vida, una aventura de la cual me ha hecho su cómplice una vez más así es que desde ya me atengo gustoso a las consecuencias.

De aventuras, complicidades y por supuesto iglesias y chistes se ha escrito nuestra historia en común. Nunca olvido la vez que para poder volver del Carnaval de Codpa,  accedimos al ofrecimiento de un sacerdote quien nos  exigió a cambio de transporte, ayudarlo con la mias en todos los pueblos que el fuera visitndo en su regreso hasta Arica. Fue una vuelta increible atravesando la papa de Chaca, donde además de conocer hermosos lugares y ser atendidos como reyes por los pobladores, tuve la oportunidad de verlo convertido en un imposible acólito leyendo la biblia a los fieles y sosteniendo el sagrado cáliz.

Nos han acusado (juntos y por separado) más de un millón de veces de no tomarnos absolutamente nada en serio de la vida,  acusación frente a la cual creo que no nos queda más que levantar la frente muy en alto para declararnos no sólo culpables si no también orgullosos, porque radica ahí en gran parte nuesta gran amistad de toda la vida, porque nuestras madres eran amigas estando ambas embarazadas asi es que vamos contando los años que igualmente suman 33.

Quiero recordarlo (siempre quiero recordarlo) con algunas buenas palabras que desde luego siempre serán pocas, prefiero hacerlo a través de la imagen ya que desde hace un tiempo comienzan a hablar por mi mejor que mis propias palabras y porque después de todo, la luz (materia prima de la fotografía) cuando se descompone a través de un prisma  nos regala también 3 colores, que son los primarios amarillo, azul y rojo.

Esta fotografía fue tomada en febrero del 2009 en la cima del Morro de Arica. Observábamos el inicio del Carnaval "Con la Fuerza del Sol" y nosotros mismos, intentábamos al parecer elevarnos hasta él impulsados por sicotrópicos instrumentos. Su mirada fija y con Arica en perspectiva oblicua dan una pefecta referencia de las cosas vistas por nosotros, no sólo en ese sicodélico momento , si no que a lo largo de toda nuestra amistad.

Una lejana vez desde una más lejana locura (esa por la que tod@s pasamos alguna vez), Ricardo intentaba (o no) desesperadamente agarrarse del sentido común que proponen los "normales", lo que desde este lado llamamos malamente "cordura". Sus propósitos, aunque inconexos, aunque delirantes, eran del todo cuerdos, atractivos y altruistas y apuntaban a un vida en la playa y a la urgencia de un ineludibel viaje  para combatir la maldad y la inconciencia del mundo. Como idea era muy buena salvo porque en ese momento mi amigo seguramente cambiaría la moto por un palo de escoba y el fusil por una flor o un buen caño de cannabis. Para esa revolución (sea ética, sea política, sea filosófica) sin duda nadie aún estaría preparado. Lo estaremos hoy, sentados plenos en el confort de la vida moderna ?


Vamos hermano, es tiempo nuevamente (y siempre) para averiguarlo, después de todo, llegaron los 33 (para ti algunos meses antes que para mi) y sigue siendo aquella una edad icónica para este tipo de propósitos, sabemos ahora más que nunca, que toda lucha parte por y desde nosotros porque son nuestros prejuicios el peor y verdadero primer enemigo a superar; pero vamos, no perdamos el tiempo ni siquiera escribiendo o leyendo esto, vamos de una buena vez, lo bueno es que nadie espera nada de nosotros, cambiemos una vez más el mundo como cuando niños,  vamos hermano, bajemos de una buena vez, la ciudad espera, ya Ccristo y Zaratustra se han hecho muy viejos y después de todo, la locura esa linda a la cual me invitabas, sigue siendo (aunque terrible, aunque compleja) tremedamente necesaria.

Miércoles 20 de julio 2011.
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